
El haikú, de tradición japonesa, consiste en un poema breve de diecisiete sílabas, escrito en tres versos de cinco, siete y cinco sílabas.
Una de las características principales del haikú, en cuanto al fondo, es la expresión del asombro que produce, en el poeta, la contemplación de su entorno.
Octavio Paz decía que el haikú es “un organismo poético muy complejo. Su misma brevedad obliga al poeta a significar mucho diciendo lo mínimo. Desde un punto de vista formal, el haikú se divide en dos partes. Uno da la condición general y la ubicación temporal y espacial del poema (otoño o primavera, un ruiseñor); la otra, relampagueante, debe contener una elemento activo. Una es descriptiva y casi enunciativa; la otra, inesperada. La percepción poética surge del choque entre ambas. La índole misma del haikú es favorable a un humor seco, nada sentimental. El haikú es una pequeña cápsula cargada de poesía capaz de hacer saltar la realidad aparente”.
Aquí unos ejemplos de haikús del poeta José Juan Tablada.
Los sapos
Trozos de barro,
por la senda en penumbra,
saltan los sapos.
Mariposa nocturna
Devuelve a la desnuda rama,
mariposa nocturna,
las hojas secas de tus alas.
La luna
Es mar la noche negra;
la nube es una concha;
la luna es una perla.
El sauz
Tierno sauz
casi oro, casi ámbar,
casi luz.
En Liliput
Hormigas sobre un
grillo, inerte. Recuerdo
de Gulliver en Liliput.
El ruiseñor
Bajo el celeste pavor
delira por la única estrella
el cántico del ruiseñor.
La araña
Recorriendo su tela
esta luna clarísima
tiene a la araña en vela.
Los gansos
Por nada los gansos
tocan alarma
en sus trompetas de barro.
Hojas secas
El jardín está lleno de hojas secas;
nunca vi tantas hojas en sus árboles
verdes, en primavera.
Libélula
Porfía la libélula
por emprender su cruz transparente
en la rama desnuda y trémula
Hongo
Parece la sombrilla
este hongo policromo
de un sapo japonista.
Peces voladores
Al golpe del oro solar
estalla en astillas
el vidrio del mar.
Vale la pena mencionar el haikú escrito por el niño tabasqueño de doce años que se volvió viral por ganar el premio ‘Haikú para niños del mundo’, convocado por la Fundación de Aerolíneas de Japón.
El haikú de Luis Gabriel dice así:
“Amo la lluvia,
cuando besa la tierra,
siembra su aroma”.

Ahora te toca a ti escribir tus propios haikús.
Recuerda mantener la métrica de 5-7-5, crear imágenes potentes y privilegiar la observación del mundo (la naturaleza, tu entorno). .